En un acontecimiento sin precedentes en la historia de Colombia, la Fiscalía acusó formalmente este viernes al expresidente Álvaro Uribe de fraude procesal y soborno en actuación penal. La audiencia, presidida por el fiscal Gilberto Iván Villarreal, marcó un hito judicial al llevar a un exmandatario colombiano ante la justicia ordinaria por primera vez.
Horas antes de la formalización de la acusación, la jueza 44 de conocimiento penal de Bogotá, Sandra Liliana Heredia, desestimó la solicitud de los abogados de Uribe para anular el proceso. En respuesta, Uribe reiteró su inocencia y criticó la falta de garantías en su defensa, alegando persecución política.
El origen del caso se remonta a 2012, cuando Uribe acusó al senador Iván Cepeda de intentar implicarlo en actividades paramilitares. Sin embargo, en 2018, la Corte Suprema inició una investigación contra Uribe por presunta manipulación de testigos para incriminar a Cepeda. Este giro inesperado puso al expresidente bajo el escrutinio legal que culminó en la acusación de este viernes.
Las próximas etapas del proceso incluirán el descubrimiento probatorio, con audiencias programadas para el 3, 4 y 5 de junio, y otras fechas en julio y agosto. De ser hallado culpable, Uribe podría enfrentar hasta 12 años de prisión.
La Fiscalía había solicitado en abril que la Corte Suprema llamara a juicio al exmandatario, intensificando la atención sobre este caso que ha polarizado a la sociedad colombiana y que podría redefinir los límites de la justicia en el país.
Esta acusación no solo sacude el panorama político colombiano, sino que también pone a prueba la fortaleza de sus instituciones democráticas. La saga judicial de Álvaro Uribe promete ser un capítulo crucial en la lucha contra la corrupción y la impunidad en Colombia.
(Foto: Partido Centro Democrático)