Colombia está atravesando una grave crisis ambiental con 15 incendios forestales activos que afectan varios departamentos del país, según reportó la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos de Desastres este domingo 15 de septiembre. Las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones están causando estragos, con más de 23,000 hectáreas devastadas hasta la fecha.
El departamento de Tolima se encuentra en la peor situación, con cinco incendios activos en municipios como Ataco, Natagaima, Prado y Valle de San Juan. Esta temporada de calor ha arrasado con más de 8,000 hectáreas de vegetación en al menos 30 localidades de Tolima. La gobernadora Adriana Magali Matiz ha solicitado al gobierno una mayor intervención para controlar las llamas que han puesto en peligro a numerosos campesinos. "El incendio en Natagaima se está expandiendo y alcanzando el municipio de Dolores. Agradecemos el apoyo de bomberos, Ejército y Policía, pero necesitamos más ayuda", expresó Matiz.
En Huila, las llamas afectan a Neiva, Palermo, Aipe y Campoalegre. En Cauca, los municipios de Totoró, Mercaderes e Inzá ya han visto más de 15,000 hectáreas consumidas. El Ejército y los equipos de emergencia han realizado 24 descargas aéreas de agua, sumando 78,000 metros cúbicos para intentar frenar el avance del fuego. Sin embargo, las fuertes ráfagas de viento han complicado aún más la tarea, dejando a comunidades como las de Campoalegre bajo amenaza.
Boyacá también enfrenta dificultades, con incendios activos en Maripi y Ráquira que han causado la suspensión del tráfico aéreo y han puesto a varias poblaciones en alerta debido a altos niveles de contaminación en el aire.
En Nariño, aunque la situación parece algo más estable, la amenaza persiste en Chachagüí. La Gobernación de Nariño informó que el departamento ha soportado más de 200 emergencias climáticas desde junio, reflejando la severidad de las condiciones adversas.
Mientras tanto, las lluvias continúan siendo esquivas. El Ideam revisó sus pronósticos y estima una probabilidad del 66% de que el fenómeno de La Niña se manifieste entre finales de septiembre y noviembre. No obstante, se espera que las lluvias sean de baja intensidad y se extiendan hasta principios de 2025, lo que podría prolongar la crisis actual.
El panorama es alarmante, y la coordinación entre las autoridades y los organismos de emergencia sigue siendo fundamental para mitigar el impacto de esta emergencia ambiental.
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