La situación de James Rodríguez en el Rayo Vallecano ha suscitado una ola de reacciones, tanto positivas como negativas, tras su llegada al club después de la Copa América. En el reciente encuentro contra el Girona, el cucuteño no vio acción, lo que ha llevado a la especulación sobre su estado físico y adaptación al equipo.
El entrenador Íñigo Pérez mencionó que James aún necesita ajustarse al estilo de juego del Rayo, caracterizado por su intensidad y compromiso colectivo. El periodista español Úlises Sánchez Flor, en un análisis para el diario El Confidencial, argumentó que el futbolista colombiano llegó en un estado que podría calificarse como “oxidado”, careciendo del ritmo competitivo necesario para participar plenamente en los partidos. Además, sugirió que su fichaje podría haber sido más un capricho por el centenario del club que una necesidad técnica real.
Sánchez Flor también destacó la presión que enfrenta Pérez para integrar a James sin comprometer la esencia del equipo. Afirmó que, si bien el colombiano brilla en su selección, las exigencias en el Rayo son diferentes, lo que ha generado inquietud entre los seguidores que no ven una respuesta acorde a sus expectativas.
Mientras se discuten las razones detrás de su fichaje, James Rodríguez continúa explorando otros intereses, como su línea de negocios. Recientemente, el gastrónomo colombiano El Sibarita compartió su experiencia en el restaurante Arrogante, inaugurado por un jugador conocido, resaltando su propuesta culinaria innovadora y su atractivo en el competitivo mercado de Bogotá.
Este contraste entre la vida profesional de Rodríguez y su desempeño en el campo pone de manifiesto la presión que enfrenta no solo como jugador, sino también como figura pública en un club que busca establecerse en la élite del fútbol español. Con el futuro del colombiano en el Rayo en la cuerda floja, los aficionados esperan ver una mejora en su participación y rendimiento en los próximos partidos.
(Foto: Rayo Vallecano)