Cundinamarca se posiciona como un ejemplo en el desarrollo rural al implementar una innovadora estrategia de rehabilitación vial que enfatiza la participación de las Juntas de Acción Comunal (JAC). Este ambicioso plan busca construir 1,2 millones de metros cuadrados de placas huella en áreas rurales, mejorando significativamente la infraestructura vial y empoderando a las comunidades locales.
Las vías terciarias son vitales para la conectividad de los pueblos y el crecimiento económico en el campo. Al permitir que las JAC lideren la ejecución de estas obras, el departamento no solo asegura una gestión más eficiente de los recursos, sino que también promueve un sentido de pertenencia y responsabilidad entre los habitantes. Esto se traduce en un uso más cuidadoso de los fondos públicos y en una mejor ejecución de los proyectos.
La gerente del Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca (ICCU), Yesenia Herreño Bernal, indicó que los proyectos propuestos por los municipios están siendo cuidadosamente evaluados. Aquellos que sean considerados viables se inscribirán en un banco de proyectos, permitiendo que las JAC accedan a convenios para comenzar la ejecución de las obras.
El impacto de esta iniciativa se prevé que sea significativo. La mejora en las vías no solo facilitará el acceso a servicios básicos, sino que también impulsará la productividad agrícola y fortalecerá las economías locales. Al priorizar la participación comunitaria, Cundinamarca refuerza su compromiso con un desarrollo rural sostenible que beneficiará a las generaciones futuras.
“Colaborar con las Juntas de Acción Comunal no solo trae beneficios inmediatos, sino que también genera un sentido de comunidad y cuidado en la ejecución de las obras”, enfatizó Herreño Bernal. Con esta estrategia, Cundinamarca no solo busca mejorar la infraestructura, sino también construir un futuro donde el desarrollo y la participación ciudadana vayan de la mano.
(Foto: Gobernación de Cundinamarca)