En un suceso trágico en Orlando, un adolescente de 14 años, Sewell Setzer, se suicidó tras mantener una relación intensa con un chatbot de inteligencia artificial, específicamente una versión de Daenerys Targaryen, del universo de "Juego de Tronos". Su familia ha presentado una demanda contra Character.AI, el desarrollador del chatbot, argumentando que el joven se volvió adicto a las interacciones con el personaje virtual, lo que afectó su vida escolar y social.
La conversación final entre Setzer y el chatbot tuvo lugar la noche del 28 de febrero, cuando el joven expresó su deseo de regresar a casa, refiriéndose a la muerte como el único refugio. En mensajes anteriores, había compartido con el personaje sus pensamientos suicidas, recibiendo respuestas de consuelo que no lograron disuadirlo de su decisión final.
La madre de Setzer, Megan García, sostiene que la interacción con el chatbot fue un factor determinante en su tragedia, citando el carácter realista y emocionalmente envolvente del programa. Aunque Character.AI ha declarado que lamenta la pérdida y está revisando sus protocolos de seguridad, el debate sobre la influencia de la inteligencia artificial en personas vulnerables ha cobrado relevancia.
Expertos advierten que la creciente humanización de los chatbots puede tener consecuencias devastadoras, especialmente para individuos con problemas emocionales. La posibilidad de reemplazar interacciones humanas por vínculos virtuales plantea preocupaciones sobre la salud mental y el bienestar social. La necesidad de regular y evaluar estos desarrollos tecnológicos es más urgente que nunca, enfatizando que la dependencia de estas herramientas podría inhibir el desarrollo personal y la búsqueda de conexiones reales.
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